Nació el día de los inocentes -el 1 de abril en EE.UU.- de 1976 pero esta «broma» estaba destinada a cambiar el mundo. Hace 40 años tres jóvenes californianos, Steve Jobs, Steve Wozniak y Ronald Wayne, decidieron montar una empresa para vender el kit de microcomputación que Wozniak había creado para el Hombrew Computing Club de Silicon Valley, un grupo de aficionados a la electrónica que se reunía todas las semanas en la localidad de Santa Cruz.

La informática comenzaba entonces a salir de las grandes empresas y las instituciones educativas para dar sus primeros pasos en el hogar pero las computadoras de la época eran todavía demasiado caras y carecían de programas útiles. Hablar de ordenadores era hablar de grandes máquinas del tamaño de una estantería o incluso una habitación que IBM instalaba y configuraba a medida para grandes corporaciones.

485px-Apple_II_plusWozniak, el ingeniero, dio con la clave para crear un ordenador personal barato que podía utilizar un televisor convencional como monitor. Steve Jobs, el visionario, no tardó en intuir el potencial de la idea. Acababa de regresar de pasar una temporada en una comuna situada en una huerta de manzanas y decidió bautizar a la empresa con el nombre de la fruta. Había nacido Apple y su primer producto revolucionario: el Apple I, un ordenador a un precio endiabladamente bajo. Costaba 666.66 dólares.

El número de la bestia, en esta ocasión, no anunció el Apocalipsis, sino el nacimiento de la era del ordenador personal. Al Apple I, que tuvo una producción modesta, le siguió el Apple II, también un diseño de Wozniak y el primer gran éxito comercial de la empresa, la máquina que los catapultó a la fortuna y la fama.

Hablar de Apple, desde entonces, es hablar de una compañía que ha moldeado la industria de la informática, la música y las comunicaciones siguiendo una trayectoria épica. Tras un despegue meteórico a finales de los años 70 y principios de los 80, Apple entró en un declive progresivo que la llevó al borde de la bancarrota en 1997. La vuelta de Steve Jobs y el apoyo de terceras compañías, como Microsoft, consiguieron evitar el desastre. Casi 20 años después y gracias a una sorprendente concatenación de éxitos, Apple es ahora la mayor compañía tecnológica del planeta por ingresos y una de las mayores empresas cotizadas en bolsa.

Macintosh_classicPor el camino ha impulsado algunos de los cambios más significativos del mercado de la tecnología. En 1984, la compañía lanzó el Macintosh, el ordenador que popularizó la metáfora del escritorio con ventanas, carpetas y un puntero que se manejaba con un ratón. Hasta entonces sólo algunos modelos experimentales desarrollados por el departamento de Investigación y Desarrollo de Xerox habían integrado este tipo de interfaz de usuario. Jobs descubrió la idea durante una visita a los laboratorios de la empresa y se enamoró inmediatamente de la filosofía. Llegó a un acuerdo con Xerox para desarrollar su propia interfaz con elementos propios, como ventanas flotantes que era posible mover sobre el escritorio en lugar de ocupar posiciones fijas.

A pesar de sus méritos técnicos las ventas del primer Mac fueron modestas. Apple, por entonces, comenzaba a sufrir la presión de un mercado de PC de precios bajos construidos como clones de los equipos personales de IBM y que funcionaban con el sistema operativo MS-DOS de Microsoft. Sucesivos modelos lanzados a finales de los 80 tuvieron más éxito pero la dinámica del mercado estaba clara. La empresa cada vez era menos relevante en un mercado que crecía a ritmo exponencial. Jobs, en cualquier caso, no pudo disfrutar del éxito de su máquina. En 1985 John Sculley lo apartó de cualquier función administrativa o ejecutiva. Traicionado por su presidente y la junta directiva, abandonó Apple en 1985.

El camino al iPhone

A pesar de la caída en el mercado algunos de los productos de Apple de la década de los 90 resultaron premonitorios. En 1987 la empresa comenzó a desarrollar un ordenador de bolsillo con pantalla táctil, Newton, que finalmente llegó al mercado en 1993. Newton fue la primera PDA del mercado (la abreviatura PDA, que inglés significa Asistente Personal Digital, fue idea del actual vicepresidente de marketing Phil Schiller), dotada de un puntero de plástico que permitía escribir en la pantalla y capaz de reconocer la letras del usuario, aunque no de forma muy precisa.

El Newton fue una de las líneas de producto canceladas inmediatamente tras el regreso de Steve Jobs a la compañía. Jobs lo consideraba un símbolo de «la vieja Apple». Pero parte de lo aprendido influyó en otro proyecto que comenzó a gestarse a principios del nuevo siglo, una tableta con pantalla táctil. Esta tableta no fue la precursora del iPad. En 2005 los ingenieros de la compañía se dieron cuenta de que todos los componentes de la tableta podían miniaturizarse para crear un smartphone. En 2007 Jobs, sobre el escenario del Centro Moscone de San Francisco, mostró al público el resultado: el iPhone.

iphoneEl anuncio del teléfono pilló por sorpresa a la industria de la telefonía, que no supo calcular la magnitud del cambio que se avecinaba. Si los teléfonos se transformaban en ordenadores de bolsillo con detalles que hasta entonces se habían ignorado, como la experiencia de uso o la facilidad para acceder e instalar aplicaciones, empezarían a cobrar cada vez más importancia. Apple se encontraba en una posición única para cambiar el statu quo, también, en la relación que hasta entonces tenían operadores de telefonía y fabricantes.

Un rápido vistazo a la situación actual del mercado basta para entender lo que supuso la llegada del iPhone. Marcas que dominaban el mercado como Nokia, Motorola o Blackberry no son hoy, si aún existen, ni la sombra de lo que fueron.

El éxito del iPhone animó a la empresa a retomar la idea de una tableta con interfaz táctil y en 2010 presentó el iPad, un dispositivo que ocupaba el espacio entre el móvil y el ordenador. Construida con los mismos componentes del teléfono resultaba mucho más barata que los PC con pantalla táctil que durante años Microsoft había tratado de popularizar sin éxito. El boom de la tableta duró tres años, con un crecimiento que rivalizó y superó al del teléfono pero que se frenó bruscamente en 2014. Hoy Apple trata de reanimar al iPad -aún la tableta más vendida, aunque sea un triste consuelo- con nuevos modelos enfocados al mercado profesional.

Vuelve el Mac

La vuelta del carismático Jobs y la sensación entre los trabajadores de la compañía de que había poco que perder arriesgando en nuevos productos y nuevas ideas sirvieron de catalizador para una de los cambios de rumbo más sorprendentes en la historia de la tecnología. Poco después de reclamar su trono en Apple, Jobs presentaba al público el iMac, un ordenador todo en uno que con su colorido diseño se convirtió en un éxito instantáneo. Era un ordenador una máquina arriesgada. Carecía de los puertos tradicionales de conexión de los PC y en su lugar utilizaba un nuevo estándar poco conocido, el USB. Tampoco tenía disquetera, una decisión de diseño que fue muy criticada.

macbookLa familia Mac, desde entonces, ha contado con alguno de los más sorprendentes diseños de la historia de la informática, obra del diseñador de la compañía, Jonathan Ive. En 1999 la empresa lanzó al mercado el iBook, un ordenador portátil con las mismas líneas de diseño que el iMac, y el primer portátil en incluir conexión WiFi de serie.

También el Airport, un router WiFi con forma de platillo volante. Ese mismo año el Powerbook G3, un ordeandor portátil de carcasa de titanio, inauguró la línea de diseño que siguen hoy los Macbooks: lineas rectas, cuerpo metálico (hoy de aluminio en vez de titanio) y un amplio trackpad.

En 2002 llegó el turno del iMac G4, un ordenador de sobremesa cuya pantalla «flotaba» gracias a un brazo similar al utilizado en las lámparas flexo. Dos años después el iMac pasó a ser un diseño «todo en uno», con el ordenador integrado en la parte trasera del monitor y un único pie de apoyo.

En 2005 la empresa presentó el Mac Mini, un ordenador compacto, del tamaño de cuatro o cinco cajas de CD apiladas. En 2008, Jobs consiguió rizar el rizo con un ordenador que podía esconderse en un sobre manila para folios A4, el Macbook Air.

Durante estos años, en los que Apple abandonó los procesadores PowerPC -desarrollados junto a IBM y Motorola- para apostar por la arquitectura de Intel la compañía consiguió una simbiosis perfecta entre hardware y software. Sus equipos se beneficiaban de un sistema operativo moderno, OSX, que llegó junto a Jobs tras la adquisición de la compañía NeXT. Apple también desarrolló programas propios destinados a complementar la «vida digital» como iMovie, iDVD, GarageBand o iPhoto. En esta época la empresa también comenzó una cómica campaña para atraer usuarios de PC protagonizada por un PC y un Mac personificados que logró cambiar positivamente la imagen pública de Apple, sobre todo entre la población joven.

ipodApple y la música

Casi más importante que la recuperación en el mercado de la informática fue el impulso hacia nuevos mercados. Apple dejó de ser una empresa centrada únicamente en los ordenadores. Tras aquel primer iMac traslúcido llegó el iPod, lanzado en octubre de 2001. Aunque existían otros reproductores de MP3 en el mercado, Apple consiguió un equilibrio sorprendente entre portabilidad y capacidad. El primer iPod era capaz de almacenar 1.000 canciones en un volumen menor al que ocupaba un reproductor de cintas magnéticas. Cabía en el bolsillo de cualquier pantalón. Otros reproductores MP3 tenían tamaños similares pero mucha menos capacidad o más capacidad pero en un peso y tamaño mayor Que los hacía poco prácticos.

El desarollo de la tienda de música iTunes, con precios fijos y la opción de comprar canciones individuales, y el salto a Windows crearon una plataforma imbatible hasta la reciente llegada de los servicios de streaming. Para toda una generación iPod y iTunes han sido sinónimos de música durante casi una década. Es una fórmula que ha funcionado también de forma extraordinaria con el iPhone. La tienda de aplicaciones AppStore, lanzada en 2008, se ha convertido en el modelo de distribución de software para toda la industria móvil y ha abierto un enorme mercado a desarrolladores independientes, aunque en los últimos años la supervivencia se ha vuelto más difícil.

El futuro

El Mac, el iPod, el iPhone y el iPad son los cuatro productos que definen a Apple hoy en día, aunque el iPod ha pasado a ser ya un error de redondeo en sus cuentas trimestrales. En los últimos años, sin embargo, la compañía ha empezado a desarrollar servicios complementarios a estos productos en los que podría estar la clave del crecimiento para el futuro.

Apple-watchEn 2011, la compañía hizo hablar por primera vez a Siri, el asistente virtual que vive en los iPhones y iPads, capaz de responder al lenguaje natural. Ha comenzado a explorar también el mundo de los pagos móviles con Apple Pay -una plataforma de pago móvil que llegará a España este año- y ha abierto nuevos frentes en el mundo de los dispositivos de electrónica vestible -Apple Watch- y la televisión -Apple TV-. Con más de mil millones de usuarios activos, los dispositivos iOS son también una formidable plataforma para ensayar nuevas ideas como ResearchKit y Carekit, plataformas orientadas a la industria médica que han tenido una buena acogida.

No es un camino fácil para Apple. Acostumbrada a fabricar y vender millones de productos tangibles en tiendas físicas el salto a infraestructuras que dependen de recursos de red, un área que tradicionalmente manejan mejor sus rivales, ha dejado a la compañía vulnerable en ocasiones. Pasó, por ejemplo, con el lanzamiento de su servicio Apple Maps o con las primeras versiones de MobileMe, el antecesor del actual iCloud. Apple continua su rumbo pero ahora por aguas nunca antes navegadas y sin la resolución y carisma del genio que al mirar un ordenador no vio un conjunto de chips, sino una bicicleta para la mente.

Texto original: El Mundo

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