La tormenta solar fue detectada ayer y se prevé que pueda alcanzar nuestro planeta a lo largo de estos días. Las telecomunicaciones podrían verse incluso afectadas a lo largo del día de ayer y durante estos días, generando posibles alteraciones en las comunicaciones y redes eléctricas en diferentes lugares geográficos. La NASA y la Agencia Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) han clasificado este evento como una tormenta solar de nivel medio a alto, lo que significa que podría tener efectos notables en el planeta.
La llamarada, originada por una eyección de masa coronal (CME) proveniente de una mancha solar activa, está proyectada a impactar la magnetósfera terrestre. Aunque este tipo de eventos son comunes, la magnitud de esta explosión es lo que ha generado especial preocupación entre los expertos, quienes señalan que la tormenta geomagnética resultante podría afectar redes de satélites, sistemas GPS y comunicaciones de radio de alta frecuencia.
Y esta erupción no es un hecho aislado. El pasado mes de mayo, ha sido un mes especialmente tormentoso para nuestro Sol. Durante todo el transcurso de la primera semana de mayo, un bombardeo de grandes erupciones solares y eyecciones de masa coronal (EMC) lanzaron hacia la Tierra nubes de partículas cargadas y campos magnéticos, creando la tormenta solar más fuerte que ha llegado a la Tierra en dos décadas, y posiblemente una de las exhibiciones de auroras más intensas registradas en los últimos 500 años. Según Teresa Nieves, directora interina de la Oficina de Análisis de Meteorología Espacial del programa De la Luna a Marte de la NASA, asevera que “estaremos estudiando este suceso durante años”. “Esto nos ayudará a poner a prueba los límites de nuestros modelos y nuestra comprensión de las tormentas solares”.
Además de los posibles efectos tecnológicos, se espera que este fenómeno desencadene impresionantes auroras boreales y australes que podrían ser visibles en latitudes más bajas de lo habitual. Se estima que poblaciones tan al sur como el norte de España o el norte de Estados Unidos podrían disfrutar de este espectáculo celestial.
Las autoridades han recomendado a las empresas que gestionan infraestructuras críticas, como las eléctricas y de telecomunicaciones, estar preparadas para posibles interrupciones o fluctuaciones.
Asimismo, la población que se encuentre en regiones donde se espera mayor actividad geomagnética deberá estar atenta a posibles avisos meteorológicos. Aunque las tormentas solares suelen ser inofensivas para la vida humana, su impacto en la tecnología puede ser significativo. Los científicos continuarán monitoreando la situación y brindarán actualizaciones a medida que el fenómeno se acerque.
El evento, que alcanzó su máxima intensidad el 3 de octubre a las 12:18 UTC (a las 14:18 horas en la península), ha generado una importante emisión de rayos X. Las agencias especializadas, como la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica), han alertado de posibles tormentas geomagnéticas en las próximas horas y días. Estos fenómenos podrían afectar tanto a las telecomunicaciones como a los sistemas GPS, dado el alto nivel de radiación que acompaña a estas llamaradas solares.
Las autoridades han emitido recomendaciones para que las empresas del sector de las telecomunicaciones y los servicios esenciales estén preparadas ante las posibles perturbaciones electromagnéticas. La combinación de la intensidad de la llamarada solar y su impacto en la Tierra podría generar algunos efectos inesperados en las próximas horas.
Pensando en el futuro
Contar con mejores datos acerca de cómo los fenómenos solares influyen en la atmósfera superior de la Tierra es crucial para comprender el impacto de las condiciones meteorológicas del espacio en los satélites, las misiones tripuladas y la infraestructura terrestre y espacial. Hasta la fecha, solo existen unas pocas mediciones directas limitadas en esta región. Pero pronto vendrán más. Las futuras misiones de la NASA, como la Constelación de Dinámica Geoespacial y el Acoplamiento Dinámico Neutro Atmósfera-Ionosfera podrían observar y medir con exactitud cómo responde la atmósfera de la Tierra a los flujos de energía que ocurren durante tormentas solares como esta. Tales mediciones también serán valiosas a medida que la NASA envíe astronautas a la Luna con las misiones Artemis y, más adelante, a Marte.