¿De verdad contamina menos un coche eléctrico?

Ical. Un informe de la Comisión de Transportes del Colegio de Ingenieros Industriales califica de «no madura» la tecnología actual del coche eléctrico y resalta la «eficiencia» del diésel moderno. Según detalla el coordinador del trabajo, José Ramón Perán, colegiado por Valladolid, director de Cartif y profesor emérito de la Universidad de Valladolid, “el coche eléctrico poluciona menos y es más apto para moverse en áreas urbanas; sin embargo, contamina igual o más que el diésel desde el punto de vista de su impacto en el cambio climático”.

De acuerdo con el informe, la tecnología del vehículo eléctrico aún no ha alcanzado la madurez suficiente como para convertirse en el sustituto real del vehículo convencional de motor de explosión. En un comunicado recogido por Ical, Perán subraya limitaciones del coche eléctrico como la dificultad para encontrar algunas de las materias primas (como el litio y otros componentes de las baterías) y su escasa autonomía de los modelos fabricados en Europa, en los cuales una conducción deportiva puede condicionar hasta un 50 por ciento la ya reducida autonomía nominal. Además, apunta que aún no se sabe cuál será el destino final de las baterías inservibles, que por el momento son almacenadas por los fabricantes.

En cuanto a los vehículos eléctricos movidos por células de combustible, alimentadas por hidrógeno, el estudio destaca que no poseen las limitaciones de autonomía ni de tiempo de recarga, pero su desarrollo tecnológico y comercialización están todavía muy retrasados. Y a ello se añade el precio del hidrógeno, que es aún muy elevado.

El informe del Colegio de Ingenieros Industriales estima que hasta dentro de diez años no se producirá previsiblemente una utilización masiva del coche eléctrico, ya sea éste propulsado por baterías de litio o por células de combustible alimentadas por hidrógeno. De cualquier forma, según el consenso de los expertos, los costes de fabricación y venta serán superiores en al menos un 25 por ciento sobre los modelos similares de los actuales vehículos convencionales.

De acuerdo con el profesor Perán, desde el punto de vista de la lucha contra el cambio climático, el coche eléctrico es tan contaminante como el diésel actual, contamina igual o más en lo que se refiere al impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero si se tiene en cuenta el ciclo de completo de vida del vehículo; es decir, desde la mina de la se extraen las materias primas, como el litio, hasta el reciclaje de cada uno de los elementos que componen un coche. Sin olvidar la emisión de partículas contaminantes provocadas por el rozamiento de los neumáticos y los frenos.

“El eléctrico es más eficaz desde el punto de vista la polución urbana, es especialmente adecuado en trayectos cortos y sobre todo en áreas metropolitanas. Por su parte, el diésel que actualmente se fabrica, que cumple las normas medioambientales europeas, ofrece muy buenas prestaciones en todo tipo de trayectos”, resumen.

Según el informe de la Comisión de Transportes del Colegio de Ingenieros Industriales, la ausencia de una infraestructura adecuada de ‘electrolineras’ o gasineras para hidrógeno es un capítulo especialmente complejo, ya que construir una red de estaciones de recarga no solo implica un coste inasumible actualmente, sino que plantea además problemas relacionados con la alta potencia que requiere la descarga rápida o las dificultades técnicas de las gasineras.

Perán se muestra convencido de que “en el plazo de cuatro o cinco años tendremos vehículos de combustión no contaminante que darán la batalla a los eléctricos; y asistiremos a la batalla de la motorización con gas natural muy perfeccionado en sus distintas versiones”.

Además, en la carrera por reducir las emisiones de CO2, algunos fabricantes han apostado también por la transformación de coches antiguos, diésel o gasolina. Y así, gracias a las tecnologías actuales, aquellos vehículos se convierten ahora en “muy poco contaminantes” y vuelven a circular cumpliendo holgadamente la normativa actual. Ejemplo de ello, según ha explicado el profesor Perán, es el caso de Renault, que reciclará en su planta de Sevilla 10.000 vehículos al año, con el objetivo de dar una segunda vida a los coches usados.

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